La larga marcha de Zapa-tín
25/09/2010   Lecturas: 7.085

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Han pasado diez semanas desde que el editor de La Ventanita nos pidiera que nos tomáramos unas vacaciones con ocasión de algunas mejoras en la página. Al fin estamos de vuelta (en realidad, ignoro si Catilina está o no).

En este ínterin hemos pasado sin comentar acontecimientos históricos que ya no tiene sentido dar aquí muchas vueltas. De todos ellos, se me viene a la cabeza el triunfo en la Copa del Mundo de la selección española de balompié, que quedó como una merecida campeona (¡sólo futbol!) y puso en evidencia la demencia de los nacionalismos peninsulares. Citemos también la superación de la barrera psicológica del 20% de desempleo según cifras oficiales (las reales denuncian por lo menos tres cuartos de millón más) Debemos citar el nefando fallo del Tribunal Constitucional sobre el estatuto de autonomía con vocación de constitución encubierta de la Cataluña del Tripartito (el resto de Cataluña es otra cosa mucho más respetable). Fallo precedido de una campaña de intimidación por parte de la ultraizquierda catalana como he conocido pocas, aunque siempre protagonizadas por el PSOE. La salida del desprestigiado tribunal dio en un cabildeo de interpretaciones que deja lugar a cualquier tipo de futura traducción interesada. Por si fuera poco, el desquiciado Presidente que nos aboca a nuestra autoliquidación se comprometía con el tripartito de ultraizquierda a dejar vacía de contenido la inapelable sentencia. Algo que aclara su respeto por el Estado de Derecho, fundamento del Estado Democrático. Por último citaré la subida de impuestos, paralela al recorte de prestaciones, como no han conocido otras generaciones en la historia de Occidente. Todo un triunfo socialista.

Lo demás ha sido, como cada verano, siesta. Siesta del Gobierno que nos engaña ocultándonos sus soberbias vacaciones y siesta de la Oposición, sobre todo de Don Mariano, cuyos ronquidos estremecían al Finis Terrae. Y es que Don Mariano, como Newton, espera a la sombra del árbol que la manzana caiga en su mano. Al británico le cayó por la fuerza de la gravedad terráquea y este gallego abúlico espera que le caiga por la fuerza de la gravedad de nuestra economía, arruinada por segunda vez en treinta años por la izquierda más extremista y analfabeta de Europa. Total, una panda de andrajosos intelectuales que anda en liquidar el futuro de la generación de los 80’s como Felipe González destruyó el de los 60’s.

A pesar de los ronquidos de Marianico, el piloto consiguió concentrarse y llevar la nave hasta Shanghai donde nuestro Presidente, seguido por toda suerte de soguillas, intentaba darse un baño de amarillas multitudes. Allí se llevó la copa que con su sudor consiguieran nuestros futbolistas para pasearla como si fuera suya. Todo un síntoma.

Al día siguiente fue nada en Pekín y dos días después la nada aterrizó en Tokio. Tras Naoto Khan, primer ministro japonés, le esperaban los japoneses de Sony para arrojarle a la cara el cierre de su factoría en Cataluña.

Este infeliz ha empezado una huida hacia el exterior de la que solamente puede obtener vacuas instantáneas que dejen entrever que tiene alguna relevancia mundial. España tiene un futuro del tamaño de Miguelín, exclamó emocionado en Shanghai, refiriéndose al bebé gigante que espantaba a los aterrados niños chinos visitantes del pabellón español. Es la cantidad que ignora la calidad. El bulto.

Entonces pasó por mi cabeza el terror que atacaría a Wen Jiabao, premier chino, para llamarle tras Obama aquel infausto 11 de Mayo, cuatro días después de que los mercados internacionales dieran por quebrada la maltrecha economía española en manos de Zapatín, el político más inmaduro que se desplaza por el planeta.

Con las mismas, ayer en Nueva York, intentaba convencer a los especuladores de hace dos meses de sus logros económicos. La cara de estos halcones de la economía mundial era un poema.