Derechos humonos
29/04/2006   Lecturas: 10.997

Publio

Humonos, sí. No se trata de ningún error tipográfico, son los derechos que el Parlamento español, en manos de la ultraizquierda y los nacionalismos independentistas, está dispuesto a reconocer a los simios a partir de hoy con rango de Ley.

Créanme que no les miento, aunque la cosa no tiene precedente mundial. Como los últimos estudios del genoma humano han desvelado que compartimos con los monos un 99% de nuestra base genética (no en vano descendemos de ellos), el partido socialista español, PSOE, ha decidido reconocer por ley a los monos derechos humanos. Espero que, en justa reciprocidad, los monos nos reconozcan a los humanos (a los españoles al menos), derechos simiescos y que compartan sus monadas con nosotros de vez en cuando.

En la citada ley, el partido socialista se propone defender los derechos humanos de los simios con el mismo rango que los de los menores de edad y los deficientes mentales. Vamos, que no es que pongan a los niños ni a los deficientes mentales a la altura de los monos, claro, es que elevan la dignidad de los monos a la categoría humana. Y créanme que no es tan extraño ¡cuántas veces habré oído decir de un bebé humano es tan mono! Ahora ya solo me falta ver al sargento instructor gritando a un gorila vestido de camuflaje ¡hay que ser más hombre!, para motivarle, claro.

Lo recordaba Carlos Dávila y es una verdad histórica: En Madrid, a los niños, nos llevaban al Retiro a ver las fieras a un pequeño zoo que luego se trasladó. A mí siempre me emocionaba ver al macaco de Formosa, que se arrojaba con gran agresividad contra la protección metálica si te acercabas mucho. Pero el más divertido era Rodríguez, un mono que por el apellido, supongo como antecedente de nuestro actual presidente de Gobierno. El caso es que los niños, cuando no nos veían nuestros padres, le decíamos Rodríguez, date una alegría, y Rodríguez, que nos entendía como si fuera uno más de nosotros, comprendan la clarividencia socialista, agarraba su miembro viril y... se daba una alegría. De ahí debe venir la expresión popular pelársela como un mico.

De manera que, provistos de derechos humanos, los monos podrán contraer matrimonio con semejantes, por ejemplo, mi vecina del tercero que está como un queso. Nos van a poner la competencia aún más dura. Y podrán contraer matrimonio hasta que la muerte les separe y, sucedida esta desgracia, podrán pedir con toda legitimidad una pensión de viudedad al Estado. Quién sabe si, aquejados de artrosis, podrán solicitar vacaciones terapéuticas en Las Canarias, como los suecos.

Que mi vecina del tercero y el gorila Maguila, pongo por caso, tienen hijos, cualquier cosa que ello sea, pues ya lo ha arreglado la ultraizquierda española porque, en el Libro de Familia aparecerán, no como padre y madre lógicamente, sino como progenitor A y progenitor B. No es que ya no se podrá investigar con monos en España a partir de ahora, es que la ministra de Educación y Ciencia les discriminará positivamente y dará más subvenciones a los equipos de investigación integrados por monos y mujeres. Vamos, que el que logre componer un equipo de investigadores integrado solamente por monas se llevará la parte del león de esta ley de de la selva que es la investigación española.

La sintonía de la familia socialista con los primates la advertía yo cada viernes cuando, tras el Consejo de Ministros, veía a nuestra Vicepresidenta en televisión, y por sus rasgos faciales y sus maneras se me hacía idéntica a la mona que se vistió de seda. Claro, que aquella se quedó en mona y ésta llegó a vicepresidenta. Cosas de la cuota y de venir de buena familia. También de la preparación, claro, porque nuestra vicepresidenta está preparada para lo que sea...

Todo esto para advertir al Mundo que, el Parlamento español, en manos de la ultraizquierda y de los nacionalistas independentistas, se prepara para dar un paso definitivo para la historia de la Monidad: en España, en breve, monidad y humanidad serán indisociables; seremos el principio de la Humonidad y tendremos derechos conjuntos Derechos Humonos. Y esto no será más que el principio porque, al parecer, compartimos un 97% de nuestra genética con la mosca del vinagre, y he oído de quienes tienen aún mucho más que ver con la mosca del vino.

De éstos, dicen que algunos de ellos han llegado a diputados del Parlamento español y que hacen leyes.