Juntacadáveres
28/08/2005   Lecturas: 12.276

Publio

Zapatero ha sido sin duda el político, que yo recuerde, al que más le ha gustado jugar con los muertos. En esta afición le han seguido, respaldándole, dos de sus principales ministros: Bono de Defensa y Alonso de Interior. El caso es que, apoyados en El País, le han sacado su jugo a cada cadáver de los gobiernos anteriores. Pero ahora la hipoteca es muy pesada.

Recién estrenado el cargo, a ZP se le estrellaron dos aviones Mirage de la fuerza aérea, falleciendo ambos pilotos. La cosa tuvo poca repercusión porque aún andaban sacando rentas a los cadáveres del Yakolev.

En El Ministro de Ofensa advertimos a José Bono que andar a vueltas con los muertos del Yakolev era un error evidente: Es un error a medio y largo plazo... puede estrellársele su Yakolev particular en tiempo más o menos breve, y va a encontrarse entonces, frente a frente, con toda su demagogia y su palabrería fácil de sacristán de aldea. Ese día, los muertos se apoderarán del vivo, y le pedirán responsabilidades. Con los muertos no se juega...

Así que este largo y caluroso -hasta la extenuación- verano, han venido unos cuantos cadáveres a joder las vacaciones al líder que mejor nos descansa. Se apellida Rodríguez, pero no se queda de rodríguez trabajando en Moncloa una hora más de la cuenta ni de cachondeo (Me levanto para deciros que me siento...).

Ha habido muertos para todos y más: para Zetapero, para Bono, para Alonso y hasta para la ministra que rima con palabrona. Y es que, El muerto se fue de rumba y ha venido a tomarse un roncito con el trío de la buena muerte. Como dijera Guerra el canijo: catarsis pa’ tós. Con tanto muerto, a El País le ha entrado tal congoja que no ha dejado de publicar memeces, a cada cual más disparatada, a ver cómo se quitaba el muerto de encima.

Claro que quien mejor se los ha quitado de encima ha sido Zetapé, a los unos y a los otros. A los unos se los quitó de encima saliendo de naja para Catai en busca del gato que caza ratones y cambia de color, y mandando al funeral autobuses cargados de juventudes fascistas socialistas -con bocadillo- a gritar vivas a los ineptos prebostes del partido que llegaban atemorizados, y silbar al resto. Lo de estos verracos no tiene arreglo. Pero donde ha estado cumbre Zetapé ha sido con los otros, con los de Afganistán (sangre por polvo) porque a ésos, a ésos les ha recuperado y ha encargado que se les clasifique bien. Cómo será, que hasta ha dado la mano a los familiares, que deben estar aún creyendo que fue un sueño y que el gran líder no abandonó las vacaciones para darles la mano. Como ha dicho Bono: conmovedor.

Y no es que a Zetapé le atemorice que El País le vaya a hacer una campaña Trillo a Bono; aún no es el momento, es que lo de Zetapé es vocación de entomólogo. Que haya muertos, pase, pero si los hay, todos bien ordenaditos por tallas y por edades. Y es que un muerto bien clasificado es otra cosa, tiene un mejor pasar. Resucitar no es que vayamos a resucitarle pero le vamos a clasificar como destinado al Museo de Ciencias Naturales: Muerto ZP-4831, pongamos. Donde falte la vida que se imponga el orden.

Un caso aparte han sido los muertos de Alonso, muertos feos, desagradables, muertos a golpes, muertos tullidos a palos, muertos a tiros en las barrigas que recuerdan a Casas Viejas y a Franco, a los muertos en las manifestaciones de los setenta y a Lasa y Zabala. Muertos a los que hay que arreglar para que la historia no les recuerde por el nombre del ministro bajo el que fueron muertos (hay dos Alonsos más) ¿Recuerdan los noticiarios de Franco? (el policía sacó el arma que se disparó fortuitamente acertando al fugitivo en el corazón)... pues eso ahora es Alonso. Por su parte, Bono ha gestionado mejor el puzzle de sus muertos puzzle.

Como ven, toda una sinfonía pastoral de muertos: muertos flambeados, muertos chamuscados, muertos macerados, muertos en picadillo o muertos por caza mayor, y todos muertos. Muertos muy bien clasificados, eso sí, pero muertos al fin y al cabo. Muertos de Zetapé, aquel que iba a enviar a los militares en aeronaves más seguras (el Yakolev soviético es un avión realmente de calidad). Y muertos en una democracia muerta de asco porque cada vez que ocurre algo grave en la nación, la falange socialista impone la censura informativa con la colaboración de no pocos periodistas, ya sea en El Carmelo, en Alcolea del Pinar, o en Herat. El Ausente (dizque de vacaciones en Canarias) llamó a esto democracia de calidad.