El chat
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Iniciando conversación de chat en canal #amigos...

H: Hola M, he estado todo el día pensando en tí.
M: Yo también, hace mucho que no lo pasaba tan bien con nadie, quiero conocerte en persona.
H: A mí también me gustaría, pero los dos estamos casados, va a ser difícil quedar.
M: Lo digo en serio, tienes que hacer algo. Creo que estoy enamorada de tí. ¿Y tú?
H: Creo que también.
M: Dime que me amas.
H: H está perdidito de amor por M. M ha embrujado a H y ya no sabe dónde tiene la cabeza, si arriba o abajo.
M: Jajaja, me encanta que me digas esas cosas. Mi marido no tiene sentido de humor. Siempre tan serio.
H: Es cierto, a mí me pasa lo mismo con mi mujer.
M: Quiero quedar contigo, ¿Puedes sobre las 6?
H: A esa hora estoy trabajando.
M: ¿No puedes salir alegando motivos de trabajo?
H: Soy administrativo. Como mucho me dejan salir al baño.
M: Ja ja ja, pues dices que te sientes indispuesto.
H: No puedo, tiene que ser sobre las 8 que salgo de trabajar.
M: A las 8 llega mi marido y ya no puedo.
H: Dile que vas a visitar a una amiga o que te vas de compras.
M: Dime qué me harías si quedamos.
H: Tengo tantas ganas de tu personita que te comería entera.
M: Mmmmmm. Me gusta. Te quiero mucho. Te deseo tanto...
H: Desde que te conocí hace tres días no pienso en otra cosa que en tenerte entre mis brazos y... hacerte...
M: Hacerme qué...
H: ¡El amor!!
M: Ja ja ja, estoy deseando.
H: Y yo.
M: Por favor, escápate y quedamos a las 6.
H: No puedo. A las 8.
M: ¿Y qué hago con los niños?
H: ¿Cuántos tienes?
M: Tengo dos
H: Igual que yo. Déjaselos a tu marido.
M: Ja ja ja, hay que bañarlos y darles el biberón y esas cosas...
H: ¿Qué años tienen?
M: 4 y 2.
H: Ja ja ja, igual que los míos.
M: Es que somos almas gemelas.
H: Por eso mismo tenemos que vernos, no podemos escapar al destino.
M: Sería muy triste no conocernos.
H: Moriríamos de amor como Romeo y Julieta.
M: ¿En qué parte de Madrid vives?
H: En Getafe.
M: Eh, yo también, somos vecinos.
H: Ahora ya queda totalmente claro que somos almas gemelas. Tenemos que fundir nuestras almas y nuestros cuerpos.
M: Jo, claro que tenemos que hacerlo. Trataré de que mi marido se quede con los niños. Aunque Pedrito, el pequeño, está un poco constipado.
H: ¿Pedrito? Se llama igual que el mío. El otro se llama Javier.
M: ¡Anda!! ¡Qué casualidad! El mío mayor también se llama Javier.
H: ¿María...?
M: ¿Alberto...?

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