Llega el sufrido marido a casa, y se encuentra a su mujer con su mejor amigo en la cama:
- ¡¡Pero... !! Tú, mi amada esposa, aquí en el lecho del deshonor con el que creí mi mejor amigo, ¡¡impúdica!! Y tú, asqueroso gusano, de esta forma pagas la confianza que en ti deposité, mancillando mi honor y...
PERO... ¡¡¡QUEREIS DEJAR DE JODER Y ATENDERME UN POQUITO!!!